Yogur casero con yogurtera, una opción saludable y ecológica
Si tú también has decidido adoptar un estilo de vida más saludable y sostenible, es probable que tus elecciones diarias de consumo estén orientadas a reducir el impacto ambiental, incluida la de preferir alimentos no industriales. El yogur podría ser uno de ellos. Alimento considerado saludable por sus propiedades beneficiosas, generalmente se vende en el supermercado en envases de 125 ml de plástico o vidrio, afortunadamente cada vez más frecuentemente en envases de papel. Alternativamente, puedes adquirir el hábito de preparar yogur casero, que es bueno para ti y reduce los desechos. La forma más fácil y rápida de hacerlo es utilizar una yogurtera. Aquí tienes todo lo que necesitas saber sobre el yogur casero con la yogurtera y cómo prepararlo.
¿Qué es el yogur y por qué es bueno?
El yogur es un alimento muy antiguo y muy extendido derivado de la leche, caracterizado por una textura cremosa y un sabor ligeramente ácido. Esto se debe al proceso de elaboración, que implica la fermentación ácida realizada por fermentos lácticos. Los fermentos lácticos son lactobacterias, Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, capaces de metabolizar la lactosa o un glúcido similar, que se transforma en ácido láctico. Además de la leche de vaca, se pueden utilizar diferentes tipos de leche, incluidos las leches vegetales, por lo que algunos yogures también son adecuados para aquellos que son intolerantes a la lactosa o han elegido una dieta vegana. Los fermentos lácticos, una vez inoculados en la leche, se multiplican y llevan a cabo la transformación en yogur, creando un coágulo con una consistencia más densa. Cuanto más graso sea el ingrediente de partida, por ejemplo, la leche UHT entera, más cremosa será la consistencia. Si se prefiere un yogur más compacto, no se deberá mezclar al final del proceso, mientras que para un yogur más cremoso, la mezcla deberá realizarse una vez finalizada la fermentación.
Se cree actualmente que los lactobacilos, al llegar al estómago, mueren debido a la presencia de los jugos gástricos. Por tanto, se atribuyen las reconocidas propiedades beneficiosas del yogur no tanto a ellos, sino a los probióticos: fermentos que pueden añadirse a la preparación y que logran superar la barrera de los jugos gástricos, sobreviviendo en el intestino donde se reproducen, con efectos beneficiosos para la salud. Entre ellos se encuentran el reequilibrio de la flora intestinal, el refuerzo de las defensas inmunitarias y la prevención de infecciones bacterianas y fúngicas. Otras propiedades beneficiosas del yogur se deben a su contenido nutricional y consisten en el aporte de vitaminas, calcio, potasio y sodio.
Beneficios del yogur casero
Como ya hemos mencionado, una de las ventajas del yogur casero es la posibilidad de reducir los residuos, haciendo una elección más ecológica. Si eres un consumidor diario de yogur, evitarás tirar muchos recipientes vacíos a la basura y además ahorrarás mucho, porque el gasto para comprar los ingredientes para una producción casera de yogur es decididamente más barato que para el yogur industrial, sobre todo si estás atento a la calidad. Sin embargo, lo que más gana es tu salud, porque podrás hacer un alimento genuino sin colorantes, aromas artificiales ni conservantes de ningún tipo. El yogur casero solo contiene lo que tú eliges poner en él; por lo tanto, si los ingredientes básicos son de calidad, puedes estar seguro de que tendrás un producto de la misma calidad. Se conservará en la nevera durante unos días, 4 o 5 como máximo, lo que significa que siempre consumirás un producto muy fresco. Por último, puedes crear el yogur que prefieras, eligiendo los ingredientes para aromatizarlo pero también el tipo de leche que usas como base, que también puede ser sin lactosa, de arroz, de avena, de soja, de coco o de almendra. El resultado será ciertamente menos cremoso que el obtenido con leche de vaca entera, pero con algunas precauciones, como alargar los tiempos de fermentación o añadir un poco de azúcar, podrás obtener buenos resultados.
Qué tipos de yogurteras existen y cuál es la mejor
La yogurtera es un pequeño electrodoméstico que te permite producir yogur en 6/12 horas a partir de dos ingredientes simples: leche y fermentos lácticos. La yogurtera funciona manteniendo la mezcla a una temperatura constante inferior a 55°, favoreciendo la proliferación de fermentos y el proceso de fermentación. Existen dos tipos de yogurteras domésticas, las de jarra y las de tarros.
La yogurtera eléctrica más económica y menos voluminosa es la de jarra, como la YOGURTERA YG02 de Girmi, equipada con un gran recipiente de 1,5 litros con tapa transparente con asa, que trabaja a una temperatura de funcionamiento de alrededor de 55° para producir un yogur cremoso y suave. También está equipada con los accesorios para producir yogur griego, una variante más densa y cremosa que se obtiene eliminando el suero y otros líquidos del yogur y que mantiene un mayor suministro de nutrientes. En lugar de realizar este proceso con un paño, el accesorio para escurrir el yogur es muy práctico y se puede lavar cómodamente en el lavavajillas, al igual que el recipiente y otros accesorios. Es recomendable elegirla si se consume mucho yogur en toda la familia: se puede producir más de un litro de yogur blanco natural y luego dejar que cada uno lo guarnezca con sus toppings favoritos, como fruta fresca, miel, nueces u otros.
Por su parte, la YOGURTERA YG03 de Girmi es una yogurtera de tarros. Gracias a los 7 tarros monodosis de vidrio, cada uno de los miembros de la familia podrá tener su yogur favorito. Cada tarro de yogur tiene tapa y se puede guardar por separado en el frigorífico para consumirlo al gusto. Es un modelo indicado para aquellos que prefieren preparar dosis individuales y diversificar el producto.
Cómo hacer yogur con la yogurtera
Si has llegado hasta aquí te estarás preguntando cuál es la receta del yogur casero y cómo se prepara. El proceso es realmente sencillo y no requiere ningún esfuerzo. Se comienza con la elección de la leche, importante para dar la cremosidad adecuada al yogur o para limitar la ingesta de lactosa en caso de intolerancia. Aquí veremos la receta básica de yogur natural con leche entera o semidesnatada, que difiere ligeramente según se utilice una yogurtera en jarra o en tarros.
Con la yogurtera en tarros se vierten 1200 ml de leche en una cacerola y, manteniendo un fuego bajo, se mezcla hasta alcanzar una temperatura de 42°C-44°C, lo que facilita la transformación de la lactosa en ácido láctico. En este punto se añaden los fermentos. Se puede utilizar el polvo de fermentos lácticos, que se puede comprar en farmacias o tiendas de alimentos saludables, o un tarro de yogur natural entero como sustituto. La próxima vez se puede utilizar un tarro de yogur autoproducido, pero después de algunos usos es mejor volver a empezar desde un tarro nuevo comprado en el supermercado. Si se elige el polvo liofilizado, este sedebe disolver en un vaso junto con 180ml de leche antes de verterlo en la leche restante y mezclar bien. Las dosis de polvo están indicadas en el envase, pero generalmente un sobre está bien para aproximadamente 1 litro de leche. La mezcla así obtenida se puede verter directamente en los siete recipientes.
Con la yogurtera de jarra se utiliza un litro de leche, que se calentará previamente en una cacerola. A continuación se vierte el polvo de fermentos lácticos o un tarro de yogur natural en un vaso al que se le añaden 200 ml de la leche previamente calentada. Después de mezclar bien hasta la disolución de la mezcla, se vierte la mezcla obtenida en la leche restante y se mezcla bien para luego verterla en el recipiente de la yogurtera.
Para ayudar a la fermentación, especialmente en el caso de la leche deslactosada o la leche de soja, se recomienda añadir una cucharada de azúcar.
Una vez encendido el electrodoméstico, este debe permanecer en funcionamiento sin abrir durante al menos seis horas. A medida que la fermentación dure más tiempo, la mezcla se volverá más espesa. Sin embargo, no debe exceder las 12 horas, ya que el yogur podría volverse demasiado ácido. Entonces verás un líquido amarillento en la superficie: el producto se puede consumir igualmente, pero tendrá un sabor más ácido y menos agradable.
Pasado el tiempo de fermentación, se apaga el electrodoméstico, se dejan enfriar bien los recipientes y luego se guardan en el frigorífico durante al menos dos horas antes de consumir el yogur.
Recetas yogurtera: qué tipos de yogur se pueden hacer en casa
Las recetas para la yogurtera son muchas y basta un poco de imaginación para personalizarlas al gusto. Para hacer el yogur para beber puedes seguir el mismo procedimiento que el yogur normal pero acortando los tiempos de fermentación. Para hacer yogur griego, como ya hemos visto, debes filtrar el yogur obtenido con la yogurtera. Para el yogur de fruta puedes decidir añadir la fruta fresca al final o bien licuarla y añadirla a la mezcla durante la fermentación. En este último caso, sin embargo, para evitar que la mezcla resulte demasiado líquida, es bueno cocinar la fruta en trozos pequeños en una cacerola durante cinco minutos antes de añadirla a la mezcla para que pierda algo de líquido. El yogur también se puede aromatizar antes de ponerlo en la yogurtera con cremas, como la de pistacho, cacao o avellana, o se puede usar café o vainilla, utilizando leche que previamente se había hervido con una vaina de vainilla. Para el yogur vegetal, como hemos visto, el problema es que puede quedar demasiado líquido. La adición de azúcar antes de la fermentación puede ayudar, así como el uso de un espesante natural como el agar agar, útil, por ejemplo, en la preparación del yogur de coco (a base de bebida vegetal y leche de coco).